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domingo, 12 de fevereiro de 2012

eisFluências de Agosto de 2010




SER POETISA
©María Cristina Garay Andrade©

Muchas veces nos cuestionamos quienes nos dedicamos al arte por vocación de servicio asumiendo la realidad de un mundo materialista de consumismo frívolo y exasperado, si realmente vale la pena consagrarnos a ser artífices de la cultura.
En lo personal y en carácter de escritora de género ensayista y finalmente poetisa, el interrogante ¿para qué escribimos? es frecuente,  porque me siento habitando en un mundo incompatible con el que en realidad convivo, creando aislada un ambiente propicio para el despertar de las musas alejadas de ese infernal enjambre cosmopolita invadido por guerras, hambre, violencia, trivialidades de estereotipos y bastante insubstancial visto bajo mi franqueza de criterios.
Algunos conceptos vertidos creo que un poco erróneos, ser artista es tildado como una conducta bohemia y reprochable, no se lo ve entonces como un trabajo de construcción intelectual de amplia contribución a la cultura, tal vez resulte de llevar una vida nocturna que optamos la mayoría de las/0s protagonistas. Admito que adoro las noches para concentrarme en ese estímulo especial que hace brotar espontáneamente en sortilegio el enlace entre la inspiración y la rima.
Es mejor visto ir a trabajar tras un escritorio por dar un mero ejemplo, que sentarse a escribir sobre el amor como utopía, y sin embargo que grato nos resulta leer a Amado Nervo, Las Rimas de Bécquer, Alfonsina Storni y otras/os.
En todas las épocas siempre resultó difícil la gestión artística por eso siempre existieron y existen aun los llamados mecenas impulsores del arte. En la actualidad  no falta el buen consejo de un facultativo que como relax y para quitarnos el estrés resulta óptimo leer un libro que beneficie nuestra autoestima, visitar una exposición de cuadros o admirar esculturas como las Fuentes de las Nereidas de Lola Mora en mi país.
Como haríamos para aprender si no hubiera quien escribiera libros de enseñanza, como haríamos para evolucionar la ciencia si no hubiera científicos que documentaron sus descubrimientos o sus hipótesis. ¿Existiría la filosofía, si Aristóteles no hubiera dejado por escrito sus tratados?  Es evidente que el arte genera progreso en la humanidad pero le falta ese reconocimiento planetario para darle la misma solvencia a quien quiera desarrollarse como artista, científico, investigador, etc.
Es lamentable pero finalmente los gobiernos darán mas presupuesto para fabricar misiles o armas químicas que para editar un libro de poemas.
En la historia de las antiguas sociedades lo que se ha hecho imperecedero y podemos llegar decir que resulta hasta  inmortal es el arte en todos sus oficios, pues a través del genio creador hemos podido vislumbrar culturas milenarias estampadas en piedra de esculturas, pinturas y escrituras que nos da en conclusión que el mensaje a perpetuidad  fue dado invariablemente a través del arte.
Los avances en la actualidad siguen buscando antecedentes de pasados que hayan dejado marcados vestigios de la humanidad más remota hasta nuestros días y no hay nada más asombroso que eso suceda con los descubrimientos  en excavaciones arqueológicas en busca de esos tesoros culturales que terminan siendo una noticia destacada por el hallazgo con gran resonancia.
¿Como hubieran hecho las sociedades prehistóricas para dejar sus huellas si no hubiere sido a través del arte esculpido en la roca? No hubiéramos podido conocer nada de nuestros antecesores.
Pareciera entonces que incursionar en el arte es un trabajo de oficio, dedicar a la cultura la facultad que por naturaleza y disciplina intentamos de diferentes formas legar al mundo es perpetuidad de civilización.
Adquirir fama o renombre internacional no estaba fijada en mi mente como un objetivo final, ni pretendo llegar a ser un Best Sellers o mucho menos un premio Nobel de Literatura, escribo sencillamente porque me nace espontáneamente y me cautiva hacerlo desde muy jovencita. A estas alturas de mis acumuladas primaveras es determinación disfrutarlo como consagración exclusiva por el resto de mis días.
Resulta a consecuencia de esta decisión alegar al ver hoy que soy reconocida internacionalmente según marcan los mapas que definen mis blogers en forma creciente en muchas partes del mundo, la mayoría de habla hispana pero así también en otros países de disímiles idiomas, sorpresa que reconforta mi espíritu e incrementa el estimulo de seguir por este camino.
A todas esas personas mi profunda gratitud por el empleo de su tiempo en leerme, quiero remarcarles que no significan un puntito rojo en el mapa virtual del blog imprimiendo frías estadísticas de visitas, sino todo lo contrario representan almas que entran en mi frecuencia y por tal concordancia deseo que les llegue mi fraternal amor por esa dedicación especial a quien les esta escribiendo.

¿Qué es ser poetisa entonces?

Ser poetisa es en cada mujer tener un estilo propio, una marcada personalidad y una formación filosófica en un horizonte de infinitos matices verbales.
Ser poetisa tiene innumerables percepciones casi imposible de describirlas todas, es como si un ángel a nuestras espaldas nos cubriera de sensibilidad los sentidos potenciando lo sublime que tiene el amor.
Ser poetisa es el símbolo de la feminidad del alma dando su opinión bajo otros conceptos de ver la vida.
Ser poetisa es libertad de pensamiento, ingenio y talento.
Ser poetisa es capacidad de creación y habilidad para hablarle al mundo sin temores ni condicionamientos.
Ser poetisa es autonomía, práctica diaria, es constancia y es introspección.

Rimarle al amor es una de mis grandes pasiones, esas musas, diosas inspiradoras de la música y las letras hacen la delicia de mi vida.
Tal como le escribo al amor así lo concibo.
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Monte Grande – Buenos Aires – Argentina

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